Paja

 

Tiene que ser cuarentona y facha. Tetas gordas. No pasa nada si las tiene un poco caídas. Tampoco me importan las manchas en la piel. Lo único necesario es que esté buena y que yo le meta explicotes políticos y ella arquee una ceja y se ría con condescendencia y me diga que tengo mucho que aprender de la vida y que yo le conteste que apelar a la edad es la mayor mierda argumental de la Historia y que ella se haga la ofendida y me diga: ¿Sí, cariño? ¿Es la mayor mierda argumental de la Historia? ¡Ay, qué pena! ¡Resulta que es la mayor mierda argumental de la Historia! Dios, ahí ya tendría la polla como el cuello de Chilavert. Si consigo pronunciar mayor mierda argumental de la Historia, quiero decir. Ahora mismo no podría. Es una putada, tengo la frase en la cabeza pero la lengua se me mueve como una cucaracha moribunda que quisiera escapar de mi boca.

Apuro el quinto y enfilo Andrés Baquero. La tía del Trémolo no estaba mal. Ya casi no me acuerdo de su cara, pero el Gonzalo dice que no dejaba de mirarme y que se reía y tal. Yo qué sé. Creo que el cabrón está deseando que moje el churro para que deje de contarle mis miserias en el Kiosko, justo en la misma mesa en la que hace dos semanas hablábamos de Narcos con colombianos, de patriarcado con zagalas semi rapadas y de la mierda de aparcar en el centro con el mismísimo tío de la O.R.A. Supongo que la tía del Trémolo se habrá reído de cómo bailo. Un día me di cuenta de que era estúpido “aprender” a bailar y decidí que aquello iba de mover al mismo tiempo, y a la mayor velocidad posible, la mayor superficie corporal que puedas. Desde entonces, risicas y sobacos pestilentes, pero también la certeza de que bailar no puede significar otra cosa.

El caso es que yo me he dado cuenta. He ido al baño a plantear la jugada. Cierro la puerta y me saco la polla y mentalmente despliego un mapa sobre una mesa y vacío una caja con soldados verdes de plástico y los muevo con una antena que le arranqué a una radio vieja. Intento trazar el plan para conquistar a la tía, pero me es imposible no recrearme en los detalles de la escena. Entonces me doy cuenta de la pintada que hay encima del váter. Búscame en el desván del Renacimiento. Con pintalabios rojo. Vaya. Alguna subnormal se ha escapado del Zalacaín antes de tiempo. Me agito la polla y salgo. He pasado a toda hostia por delante del espejo. Sé que la cara que suelo llevar a estas horas no es la que me gustaría. Además, con una posible conquista por delante, lo que menos necesito es escuchar la voz de mi madre diciéndome que me cuide más. Mañana te llamo, mamá.

He salido del baño y no sé muy bien qué ha pasado, pero el tío de Trémolo ha puesto mi canción favorita. Mr. You´re a better man than I. La de los Yardbirds. Me flipa. Yeeeeeah, Mr. You´re a better man than IIIIIIII. Podría señalar a cualquier tío del mundo cantando esta canción. Cualquiera es mejor tío que yo. Y ha venido el portero de Trémolo, que también es mejor tío que yo, y de después no me acuerdo de nada. Musik, creo. Y ahora esto. Andrés Baquero con un quinto. Le doy un trago. Coño. Lleva diez minutos vacío. Me cago en Dios, si soy más tonto me evaporo. Lo reviento contra la pared y el sonido se escapa a lo largo de la calle. Tengo las manos pegajosas. Hombre, soledad, aquí estabas. Te había echado de menos. Bueno, piensa que esto ha sido un lapso raro, tú y yo hemos estado juntos durante más de 20 años. Joder, tampoco dramaticemos. Sigo caminando. A ver, ¿qué va a caer: paja optimista o paja nihilista? Hay que pensarlo. No tengo yo la cabeza para una paja optimista, pero la nihilista…En fin, piénsalo. Llego al cruce con Trapería y me topo con el macetero gigante. Un puto bolardo, mira a ver. Los malos usando drones y los buenos respondiendo con maceteros. Así fue Lo De Hace Dos Semanas: yo diciéndole a Clara que quedáramos en persona para arreglar las cosas y ella bloqueándome en Facebook. Drones y maceteros. Te cagas.

Llego al Romea y giro en Alfaro. El piso de mi hermana está al lado del kebab. Yo estoy de okupa desde hace un par de meses. La puerta del ascensor se abre y pulso el dos y me siento para no tener que romper el espejo a puñetazos. Entonces: ¿paja optimista o paja nihilista? Lo bueno de la optimista es que te muestra el camino. Abres Facebook, haces un recuento desde el instituto hasta anoche mismo, valoras la disponibilidad, vas dándole a Abrir imagen en una pestaña…En fin, son tías que viven a menos de un océano de este ascensor. La mierda es que tienes que encontrar una frase para construir una escena. Y un tono de voz. Qué follón. No me acuerdo ni del tono de voz de mi madre.

El ascensor se abre y me levanto y abro la puerta y me voy desnudando de camino a mi habitación. Sigo teniendo las manos pegajosas. La paja nihilista consiste en tirarle a algún vídeo. Pornhub si vas a despacharte rápido. ¿Algo de culto? Spankbang. Supongo que tiraría al vídeo de Lisa Ann haciendo de Sarah Palin. No hay riesgo. Te corres antes, pero a ver con qué cara te duermes. Me siento en la silla del escritorio y empiezo a tocarme la polla mientras se enciende el ordenador. Entonces oigo algo acercándose muy rápido. Movimientos cortos y precisos, como un pianista virtuoso tocando en el suelo. Alargo el cuello y, joder, ¿sabes quién es? La vieja Gregoria. Coño, Gregoria, creía que en este piso ya no había cucarachas.